¡Buenas tardes a todos los lectores! Dado que hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down, me gustaría hablar sobre estas personas y las dificultades que les ponemos la sociedad simplemente por tener un cromosoma más.
Para comenzar, contaré el porque de este nombre. Esta discapacidad es reconocida como trisomía 21 o más comúnmente llamada Síndrome de Down por el médico británico Jonh Langdon Haydon Down, quién describió por primera vez las características clínicas que tenían estas personas. El otro nombre se da por ser una alteración cromosómica en el par 21, que resulta ser la primera alteración cromosómica encontrada en el ser humano.
Actualmente hay treinta y cinco mil personas con esta discapacidad en España. Se pueden hacer pruebas para diagnosticarla, y se hacen durante el embarazo. En el primer trimestre se hacen estas pruebas a todas las mujeres embarazadas y hasta las veinte semanas pueden hacer la interrupción voluntaria de la gestación por ser el feto portador de una anomalía grave. Y es que el Síndrome de Down se considera así no solo por la discapacidad mental, sino por tener asociadas patologías cardiacas. Además, tiene una esperanza de vida más reducida de la media.
Hasta hace muy poco las personas con Síndrome de Down no tenían oportunidad de conseguir un empleo. Sin embargo, esto ha cambiado mucho desde la puesta en marcha del Project Aura, en Barcelona, que ayuda en la integración laboral de personas con discapacidad intelectual.
Estas personas son igual que cualquier otra, y que una persona no pueda llevar a cabo un trabajo no significa que no pueda hacer otros, y esto vale tanto para una persona con Síndrome de Down, otra con discapacidad mental o física u otra que no tenga ninguna discapacidad. Estoy segura que tú, lector, no eres capaz de hacer todos los trabajos, actividades o cualquier otra cosa y nosotros les exigimos a ellos que lo hagan y lo consigan. O en muchas ocasiones no les damos la oportunidad ni siquiera de que muestren sus capacidades porque les ponemos la etiqueta de incapacitados, es decir, desde un primer momento no les permitimos que muestren sus dones por los prejuicios que podemos llegar a tener.
No obstante, como educadora no quiero olvidarme de todas las personas que viven en un ámbito rural y que es más difícil conseguir muchos de los recursos que en las grandes ciudades se ven con facilidad. Existen muchas menos ayudas y en otras muchas ocasiones no pueden ir a centros especializados en los que aprender de forma adaptada o acceder a asociaciones como la anteriormente mencionada.
Creo que cada vez están más visibilizadas estas personas, a pesar del camino que llevan luchado, todavía queda para conseguir la inclusión total. Pero, en general, las personas que viven en zonas rurales lo tienen más difícil para una serie de cuestiones y es en ese ámbito donde se tiene que trabajar más actualmente, dar más visibilidad y recursos para poder llevar una vida plena y completa en el lugar que sea. He encontrado una noticia muy interesante de hace tan solo unos meses sobre un proyecto de inclusión total en el medio rural, realizado en Huesca y tres ayuntamientos aragoneses. (Si pincháis en la palabra noticia os llevara a través del enlace a ella y podréis leer más a fondo de lo que trata el proyecto). Gracias a este tipo de iniciativas, muchas personas con discapacidad mental podrán tener más oportunidades y apoyos hacia sus necesidades y deseos.
Para terminar, me gustaría que descubrierais la pagina web de la Asociación de Síndrome de Down de mi ciudad, Badajoz. Me parece muy interesante y he estado leyendo y aprendiendo de publicaciones muy curiosas. Además, para visibilizar de una forma distinta, ya que por la época que estamos viviendo no se permiten hacer muchas cosas, han hecho un video que me ha encantado. ¡Espero que a vosotros también os guste!
Video de la Asociación de Síndrome de Down subido a las redes sociales.
Asimismo, quiero recalcar la alegría y cariño que transmiten y las ganas de disfrutar cada pequeño detalle, creo que debemos aprender mucho de ellos.
Para finalizar la entrada voy aprovechar que también es el día de la poesía para mostraros unos preciosos versos de Vanessa Álvarez Bernier.
La sonrisa de Down
Dicen que tengo un cromosoma de más
pero pienso que se equivocan,
quizás son los demás los que tienen uno de menos,
ellos no son diferentes a mi y yo soy igual de bueno.
Me llamaron singular,
porque quiero de verdad.
Me llamaron extraño,
porque jamás te haría daño.
Me llamaron raro,
quizás porque pongo mi alma en tus manos.
Me llamaron excepcional,
porque mi corazón no entiende de maldad.
Me llamaron especial,
porque lucho cada día aunque me cueste un
poquito más.
Sonrío siempre porque la vida es un regalo,
sonrío siempre porque me gusta que sonrías a mi lado.
¡Buenas Clara!
ResponderEliminarMe gusta mucho esta entrada y que te fijes en los problemas que sufren estas personas a diario siempre desde una perspectiva de buscar la forma de mejorar sus vidas que es lo que debe hacer una buena educadora social.
Hola Víctor, me alegro que te guste la entrada, como futuros educadores, debemos adaptarnos y ser resolutivos a la hora de tener alguna dificulta, por eso es mejor empezar cuanto antes a tener siempre una mentalidad activa frente a adversidades.
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